Sin
bajarme del burro de creer que se puede salir de ahí abajo, y afrontar la
vuelta con opciones de tranquilidad,
debo ser sincero y aceptar que cuando la pelota no quiere entrar se va todo al traste.
Tampoco
pienso que el equipo esté haciendo un juego brillante pero ayer, en Córdoba, se pudo, al menos, empatar, yo
creo que hasta siendo optimistas, incluso ganar.
Quitando las pájaras que ocurren en todos los partidos y los fallos defensivos,
que no es poco, nos queda una imagen decente del Hércules.
El
partido fue de un lado para el otro y sobre todo, lo que no se puede permitir,
es que nos claven dos goles a balón
parado, casi de la misma factura. Hay
que estar más despiertos, parece que
no vaya con algunos el partido.
Siempre
me ha caído bien Peña, pero llega un
momento de dejar a otros, y si no los hay, buscarlos. Pamarot es un buen chaval, grande, “corpu-lento”, le sobra la
segunda parte, debería ser “corpu-rápido”. Brad Pitt De Lucas, no lo hace mal, tampoco sé si es que solo puede jugar 15
minutos, igual necesitamos a alguien que “juegue” más… Escassi, pues eso, su nombre lo dice. Héctor también hizo honor a su apellido “Yustet” como se pronunciaría en valenciá. De Ortiz no
voy a decir nada porque con el apellido ya tiene bastante. Y del resto, pues,
solo que queda el amigo Portillo, en
fin paqué y paqué.
Saco
mis datos y veo a dos tipos como Portillo
y De Lucas que han llegado a ser portadas de los periódicos deportivos
más relevantes del país y que han sido admirados por sus aficiones y han
conseguido títulos, incluso el de Champions, y ahora se encuentran aquí,
que no son ni la sombra de lo que fueron o querían llegar a ser, y más aún, le
digo al chiquillo: “Mira De Lucas,
este gano una copa del Rey” y me
responde “¿Quién? ¿ese?” ya no me atrevo a decirle que el otro ganó la Copa de Europa y con el Real Madrid.
Larga
vida al fútbol, y los ídolos de pies de barro.
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