martes, 29 de octubre de 2013

El Hércules y el pozo, pero de los deseos


Otra derrota más y sigue sin verse la luz. Lo único que se ve es el cabreo de los aficionados que cada quince días se acercan a las gradas del Rico Pérez, que cada vez están menos pobladas, aunque se empeñen hasta en regalar la mitad del importe del abono, no hay quién se enganche al equipo.

Yo sigo en mis trece de que esto hay que dejarlo correr hasta enero, yo me la juego hasta entonces con el mismo entrenador y echándole… paciencia al asunto, lo otro que hay que echarle lo tienen que hacer los jugadores, pero en eso no podemos ayudarles mucho, solo alentarlos desde la grada y las fuerzas se agotan de hacerlo.

Los herculanos ya están un poco hartos de ver perder a su equipo y de no atisbar en el horizonte visos de remontada ni de algo parecido, y claro, todo tiene un límite. Ya digo que el mío es muy amplio pero me imagino que en general es de menos recorrido y hay que empezar a cortar cabezas y cambiar el rumbo del equipo.

La verdad es que no se juega a casi nada y en el fondo me siento defraudado, porque sinceramente, creía que este fin de semana sí que se ganaba, al menos para darse un respiro ellos mismos. No ha sido así, y así nos va.

Espero que nos armemos de paciencia y de valor para aguantar un poco más este suplicio, porque yo estoy convencido de que se puede salir de ahí abajo y quedarnos en una zona de “No-Peligro” y sin bravuconadas de pensar en play-off y ascensos absurdos.

Si además del juego, que hay que mejorarlo obviamente, nos viene la fortuna de cara, que también influye en esto del balompié, yo creo que en los próximos tres o cuatro encuentros podemos pensar de  manera más positiva. Hay que pedir el deseo de que se cumpla lo que pienso.


Larga vida al fútbol, y al Hércules.

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