Me
motiva escribir este artículo sobre este enorme portero más que por mí por mi
padre, porque yo realmente no lo vi jugar, más bien me lo han contado, que soy
mayor pero no tanto. Solo tenía 6 años y llevaba la camiseta del Gaucho, la mascota del mundial 78, cuando este
fenómeno colgó las botas. De su etapa como entrenador no voy a entrar, no es el
tema que ocupa.
Cada
vez que surge el tema y se habla del Hércules en casa, que no son muchas veces,
lo que siempre sale a relucir es el paseo de rodillas de Humberto desde la
portería hasta el túnel de vestuarios, el día que se consiguió el ascenso a
primera y él estaba allí. Tengo que decir que mi padre un día rompió el carnet
de socio, no hacían falta tijeras, era de cartón, y desde entonces nos dió el
relevo a los descendientes y no ha vuelto a un campo de fútbol el jodío. Yo le
he prometido que lo llevaré a ver al Hércules jugando en competición europea.
Lo que no sé es si el hombre aguantará hasta entonces.
El
caso es que siempre me ha traído gratos recuerdos el saber de Humberto y sus hazañas
cuando me las cuenta mi padre y, ahora de mucho más mayor, también mi suegro que
en su época de taxista coincidió con él alguna vez, hablando de sus andanzas,
en esas conversaciones de taxi.
No
voy a ponerme a valorar lo bueno o lo malo de este enorme, porque era enorme,
física y profesionalmente hablando, futbolista, sino que me voy a quedar con lo
que nos llega a calar una persona por sus valores y por un gesto, como es mi caso, que sin verlo jugar me merecía un gran respeto.
Cuando veo a
algunos llevar esa camiseta, ese escudo en el pecho y no son capaces de mirar
atrás y ver a tantos y tantos jugadores que han dejado su sudor, sus lágrimas,
su trabajo, su vida por este club… Deberían de llevar un libro de historia del
Hércules debajo del brazo cuando saltan al césped del Rico Pérez. Y no quiero
que suene a reivindicativo, pero algunos de los que no han jugado aquí nunca y
ahora dirigen esta institución deberían hacérselo ver y no manchar la memoria
de las leyendas de este club con su gestión ridícula y sin sentido.
Humberto
de la Cruz Nuñez de Cubillas “El Nene” Gracias de parte de mi padre, de mi
suegro y mía.
Larga
vida al fútbol, de leyendas
Foto
sacada de http://www.navarrasport.com
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