lunes, 17 de diciembre de 2012

No se puede hacer peor


¿Cuántos años deben pasar para que un equipo crezca como debe de ser y sea un equipo relevante, con presencia en la primera división del fútbol español durante muchos años y que incluso se forme para poder optar a metas más altas? Quizás es una pregunta de difícil respuesta o por el contrario con la respuesta más sencilla: hacer las cosas bien.

Esto que es sencillo de decir, parece muy complicado de hacer y más si partimos de una posición equivocada desde sus inicios y eso es lo que nos ocurre en el Hércules. En un principio hemos pensado que no importaba lo que costará, si al final estábamos en primera, pero a coste de estar solo un año y que ese año nos deje en una posición al borde del abismo de la desaparición. Seguramente todo esto ya sea hablar por hablar, pero eso, de momento, es gratis.

El planteamiento inicial debe de estar bien hecho y planificar el club con la expectativa de hacer un proyecto a largo plazo y con cierta continuidad. Y digo esto porque cuando allá por el año 1.999 o 2.000 un tal Enrique Ortiz llegó al cargo nadie podía imaginar en la que nos íbamos a meter, algunos pensábamos ya que este señor no iba a traernos nada bueno, pero era lo que había y era el “gran salvador” del club por la precaria situación que vivíamos entonces y creíamos que era el Florentino Pérez de Alicante y va y dice, en la primera entrevista que concede, que no le gusta el fútbol, pues queridos amigos, lo que mal empieza mal acaba.

Aquí estamos en una situación igual o peor que cuando alguien decidió que Ortiz era la solución a los males del Hércules y yo no puedo entrar a discutir si lo era o no, soy un espectador y aficionado, seguidor del Hércules desde que tengo uso de razón y que solo quiero lo mejor para el equipo de mi ciudad, y que desde que leí esas declaraciones de este hombre en un diario de la capital, siempre he pensado que así no podíamos crecer. Como mucho lo que hemos conseguido son éxitos a corto plazo y eso siempre que a este elemento le han hinchado los bolsillos, pero cuando ya no le han llegado fondos desde los amigos, y eso que sigue haciendo caja, entonces ya no tenemos nada que hacer, nuestro Hércules va de cabeza a la perdición.

Algunos muy vinculados al club en aquel verano del 2000 recordarán lo angustioso de aquellos momentos y ver cómo, esa ilusión que supone ir al campo a ver a su Hércules se podía desvanecer de un plumazo. Estamos acercándonos a esa misma situación, y aunque no descendamos por lo deportivo, lo siento mucho, pero igual descendemos por lo económico y para desgracia de todos no habrá otro Ortiz para volver a cometer el mismo error, pero a la vez para salvarnos de nuevo y… volver a empezar… mal.

Ya sé que no podemos parar y que no podemos ser románticos y pensar en empezar desde abajo, con un equipo de cantera, con una planificación a 8 o 10 años y desde una 2ª B, por ejemplo, y forjar las bases para un equipo que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan disfrutarlo en la primera categoría y peleando por cotas más altas. Estamos en una situación que nos obliga a intentar seguir donde estamos a buscar un mecenas que nos ayude a intentar entre todos que no se hunda el barco, pero no nos damos cuenta que por más agua que achiquemos más agua se genera desde dentro porque hay un grifo abierto.

Larga vida al fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario