Una vez tenemos claro lo que queremos “medir” en nuestra labor de Scouting, pasamos a la segunda parte, ¿A quién vamos a seguir?
Recordar,
de todas formas, que, aunque podemos emplear todas las tecnologías al alcance de nuestra mano o bolsillo, con las
plantillas definidas, y en papel, y un bolígrafo, podemos ponernos en marcha.
Como dice Jesús Manuel Botello
en su libro Scouting
Deportivo: “La tecnología nunca superará
la percepción humana”
Decidido
que vamos a seguir a un equipo, en
este caso al rival, nos ponemos
manos a la obra, es decir, cuando entrenan,
dónde juega, contra quien, buscamos datos de la plantilla, en internet, con conocidos, cualquier vía es válida y
nos organizamos unas “visitas” para observar cómo funciona dicho equipo.
Anotamos todos lo que previamente hemos decidido que es importante y posteriormente nos vamos al “laboratorio” y con nuestras herramientas (el mismo bolígrafo y papel) y nuestros conocimientos en la materia, analizamos lo
observado.
Si
vamos a analizar y sacar conclusiones
de un jugador, pues más de lo mismo,
vamos a recabar información sobre él, cuando entrenan, cuando juega su equipo, dónde, contra quién, si
está convocado, lesionado, posición
en el terreno de juego… Con nuestra plantilla adaptada a jugadores, vamos al
escenario y anotamos la evolución. De vuelta, otra vez, al “laboratorio”.
No
voy a ser repetitivo, en el caso de observar a nuestro propio equipo, la tarea más fácil va a ser recoger información para poder hacer un
seguimiento, lo demás, como en los casos anteriores, observar y anotar y,
después, valorar y analizar.
Todo
lo anterior no tiene sentido si lo hacemos individualmente, tendremos que
trasladar toda esta información al
cuerpo técnico (entrenador, segundo entrenador) y entre todos sacar
conclusiones.
Tras
este primer contacto, no tan primer contacto, pero sí desde mi propia ignorancia, y sin ser Técnico Superior
Deportivo, ni tener el título de Entrenador (sólo monitor de Fútbol Sala), ni haber sido ex–jugador de
fútbol, pero si desde la óptica de haber jugado,
haber arbitrado y haber entrenado, y siempre con la objetividad
de ver partidos más allá de ser un forofo y sentarme a gritar los goles de mi equipo (que también lo
hago), me adentro en este mundo con la sana intención de profesionalizarme (de ilusión también se vive, eso
dicen), difícil lo tengo, porque aunque no quiera, tengo 43 años y necesito ganar dinero
y tengo poco tiempo para poder alcanzar esa meta.
Larga
vida al fútbol
@CarmeloEscudero
/ @FutbolScroll
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